HABLEMOS DE TRASTORNOS MENTALES

Tips para hablar del mío o del de los demás.

Ser diagnosticado con un trastorno mental trae muchas dificultades que van más allá del trastorno en sí, pues es un tema que siempre ha sido foco de estigmatización y tabúes, y ni hablar de cuando, además, se empieza un tratamiento farmacológico. Nunca falta quien dice que “no cree” en los psicólogos o psiquiatras, que “todo está en la mente”, entre mil otros comentarios sin fundamento. Creo que la mayoría de personas no tienen una mala intención, tan solo no han recibido la educación necesaria frente a estos temas. Que el tema tenga tantos tabúes, también hace que sea más difícil para las personas diagnosticadas, en cuanto a cómo sentirse frente a su diagnóstico, su tratamiento, entre otras cosas. Soy fiel creyente que si aprendemos a hablarlo, la salud mental no tiene porqué ser un tema incómodo, por eso quiero compartir una serie de tips tanto para quienes son diagnosticados con un trastorno mental, como para quienes no saben cómo reaccionar cuando alguien les cuenta que sufre de uno. Todo esto mientras nos comprometemos a perderle el miedo a hablar de salud mental, ¿va?

PARA QUIENES SON DIAGNOSTICADOS

  • Todo a TU tiempo: has dado un gran paso al haber buscado ayuda profesional, pero no tienes porqué saber cómo afrontarlo. Tómate el tiempo que necesites para procesarlo, pensar con quiénes y cómo te gustaría compartirlo (si es que te gustaría hacerlo), qué más puedes hacer para ayudar tu proceso, entre otras cosas. Recuerda que nadie tiene nada del todo resuelto y cada quien es libre de tomarse el tiempo que necesite.
  • Si sientes que te gustaría compartirlo (y hay muchas cosas lindas que pueden salir de esto), trata de perderle el miedo de manera progresiva. Empieza con tu círculo de personas más cercano, quienes más te hagan sentir seguridad y apoyo, y siéntete libre de frenarte cuando ya no te sientas cómodx. Recuerda que tú decides hasta dónde quieres compartir y qué preguntas responder.
  • Recuerda que no estás solx en esto, hay muchas personas que quieren y pueden ayudar, y que hay más personas de las que crees pasando por situaciones similares.
  • No pierdas de vista la importancia de ser constante con el tratamiento, ya sea solo psicoterapéutico o en conjunto con tratamiento psicofarmacológico. ¿Sabes cuando los doctores te dicen que termines la serie de antibióticos aunque ya te sientas bien? Es igual, lo que queremos es evitar una complicación.
  • Más respeto, menos culpa: nadie tiene un trastorno porque quiere, existen una serie de factores que entran en juego para que se presente, y aunque algunos de estos hagan “parte de ti”, no quiere decir, en ningún momento, que sea tu culpa. Entender esto es respetarte como persona y respetar a otros que atraviesan situaciones parecidas.
  • Más paciencia, menos culpa: recuerda que tú juegas un papel importante en tu proceso de recuperación y esto implica una responsabilidad, pero no hay que desconocer que existen ciertas nociones intrínsecas al trastorno que pueden limitar tu voluntad o tu actuar, por lo que es importante poner de tu parte hasta donde puedas, no hasta donde creas ni hasta donde te han dicho que debas.

PARA QUIENES NO SABEN REACCIONAR FRENTE A UN DIAGNÓSTICO

  • Nadie espera que sepan hacerlo de entrada, sin embargo, es importante aprender a hablarlo porque, de lo contrario,  puedes terminar haciendo daño, así tengas buenas intenciones. Por eso, tómate el tiempo que necesites para procesar la situación, y no reacciones hasta haberlo hecho, así evitarás comentarios inapropiados.
  • Escucha lo que la persona que decidió compartir esto contigo tiene por decir, antes de compararlo con casos similares que has escuchado, contar tus propias experiencias, entre otras cosas: reconócele este momento.
  • Comprende qué significa esto para la persona, por qué quiso compartirlo contigo, qué cambios implicará en su vida, qué puedes hacer tú para facilitar su proceso; válida lo que siente y asegúrate que sienta tu apoyo.
  • No tengas miedo de preguntar, pero asegúrate que tus preguntas vengan de un lugar de empatía, consideración y ganas de entender a la persona con quien hablas, y no desde uno lleno de morbo; aclara siempre la intención tras tus preguntas y se comprensivx si decide no contestar alguna. Agradece su confianza y no la traiciones.
  • Lo que funciona o no funciona para unos, puede funcionar o no funcionar para otros, por eso, trata de no aportar “posibles soluciones” y evitar frases como: mejor no te tomes esas pastillas, tengo una conocida que le fue súper mal con ellas, eso se quita con [yoga, meditación, pensamientos positivos, etc…]. Más adelante les escribiré sobre muchas de estas creencias.
  • NUNCA le digas a una persona que no siga con su tratamiento. Esto es sencillamente una irresponsabilidad porque no tienes la formación ni el conocimiento suficiente sobre el caso, a diferencia del profesional tratándolo. Con lo fácil que es abandonar el tratamiento antes de tiempo, por cosas que vienen con cada trastorno, no te vuelvas una de ellas.

Muchos de estos tips no son exclusivos para la presencia de un trastorno mental, sirven también frente a quienes han tomado la decisión de empezar a trabajar en pro de su salud mental, por ejemplo, yendo a donde un psicólogo. Recuerden que los psicólogos y psiquiatras NO son para “locos”, se puede ir a consulta por las razones más cotidianas del mundo.

Sería muy feliz si alguno de ustedes me contara sobre su experiencia hablando sobre estos temas, gracias por leer, les quiero mucho, mucho.

Recuerden que en la salud mental no hay absolutos, lo que funciona para unos puede no funcionar para otros. Siempre es un buen momento para empezar a trabajar en ti.

Con amor,

Chawi

One Comment

  • Constanza Medina

    Excelente! Tanto por desaprender para realmente aprender. Gracias por compartir con tanto amor tu aprendizaje y regalarnos este espacio de reflexión!

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *