EL PODER DE LA MENTE

Sobre lo que nos creemos.

Antes que nada, si estás leyendo esto: ¡Gracias!

Quería que esta fuera mi primera publicación porque estaré escribiendo, entre otras cosas, sobre posibles señales de alerta de trastornos mentales y explicando ciertos términos relacionados, pues pienso que es útil estar informados. Sin embargo, es importante reconocer un riesgo que existe a la hora de compartir este tipo de información: el autodiagnóstico. Por ejemplo, es muy fácil leer un artículo de revista sobre la depresión y sentir que estamos deprimidos, o incluso consultar fuentes más fidedignas como el Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales y sentir que encajamos perfectamente con los criterios de cierto trastorno. Los manuales fueron creados, principalmente, para favorecer la comunicación entre profesionales, pero si hay algo que he aprendido al estudiar psicología es que ninguna fuente, por sí sola, es suficiente para realizar un diagnóstico. Ninguna prueba, ningún “cumplimiento de criterios de un manual”, ni siquiera una consulta psicológica, por sí misma, es suficiente para realizar un diagnóstico.

Siempre he pensado que es muy importante estar pendientes de las señales que nos manda nuestro cuerpo. También pienso que es útil conocer señales de alerta y estar al tanto de ellas. Por ejemplo, el autoexamen mamario es muy importante y puede ayudar a salvar vidas. ¿Reemplaza los chequeos médicos? Definitivamente no, pero es un complemento esencial. Lo mismo pasa con nuestra salud mental. Sin embargo, cuando de los trastornos mentales se trata, no podemos caer en la tentación de auto diagnosticarnos, por más informados que creamos estar.

Lo primero que me parece necesario entender es que no todo es un trastorno mental. Podemos sentirnos tristes, por ejemplo, sin necesidad de nombrarlo depresión. Nuestra mente es muy poderosa y repetirnos constantemente que tenemos un cierto tipo de problema, puede llegar a crearnos un problema mayor al que en realidad teníamos inicialmente. Tener depresión implica más que estar tristes, y entre más nos aseguremos a nosotros mismos que eso es lo que tenemos, más iremos interiorizando todos esos otros aspectos del trastorno que tal vez al inicio no sentíamos. A esto se le conoce en psicología como el fenómeno de la profecía autocumplida.

Por otra parte, los seres humanos tendemos al absolutismo. ¿No les pasa que ven personas que se comprometen tanto con un discurso específico, que limitan constantemente sus puntos de vista, explicaciones y soluciones a este? De cierta forma, esto nos pasa a todos, aunque a veces no nos demos cuenta. Por esto, podemos empezar a limitar nuestro sentido de nosotros mismos y nuestro sentido de qué somos capaces de hacer a este diagnóstico que creemos tener. Aquí es cuando empezamos a pensar cosas como: “es que no puedo hacer eso por mi TOC”. Es posible que no seamos conscientes de este tipo de pensamientos, pero ellos nos afectan sin darnos cuenta.

Otra cosa por tener en cuenta es que mil horas de investigación en páginas de reputación dudosa no igualan una formación profesional, lo que puede llevar a confundir síntomas, creer que algo no lo es cuando sí o viceversa. Entonces, puede que sí tengamos un trastorno mental, pero que lo confundamos con otro, o puede que tan solo sea un proceso o situación de nuestra vida que nos esté costando un poco más de trabajo sacar adelante. Además, hay muchas cosas de nosotros mismos que nos cuesta aceptar y aceptarnos, por lo que es esencial contar con un agente externo y objetivo que nos ayude en esta tarea. Por esto, los invito a que, si algo dentro de ustedes los inquieta, no duden en contactar a un profesional en el área de la salud, y, si ya han sido diagnosticados con un trastorno mental, sepan que son mucho más que él.

Con amor,

Chawi

P.D. si les gustó el tema, aquí les dejo artículos académicos relacionados:

    Cheng Chris-Tin, & Lateef, F. (2014). Consulting the Internet: Using Online Search Engines and Its Impact on the Practice of Medicine in the 21st Century. Education in Medicine Journal, 6(3), e40–e45.

    Strong, T., Ross, K. H., & Sesma-Vazquez, M. (2015). Counselling the (self?) diagnosed client: generative and reflective conversations. British Journal of Guidance & Counselling, 43(5), 598–610.

0 Comments

  • Constanza Medina

    Excelente! Me encanta lo que propones y la manera en que lo trasmites , orgullosa de ti y de ver cómo siempre quieres crecer, aprender y llegar más allá para ponerlo al servicio tuyo y de los demás, Te amo con todo mi corazón! Atte Mamá orgullosa! 💕🥰

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *