EL BIENESTAR EMOCIONAL IMPORTA
Sobre la validación emocional hay mucha tela por cortar. Es un tema del que poco se habla y que poco se respeta. En la lista de prioridades, son muchas las cosas que ponemos por encima del bienestar emocional: cumplirle al otro, al trabajo, a la universidad, al colegio, a la familia… la lista es infinita. Pero quiero empezar hoy por una parte muy puntual e importante del tema: la validación condicionada.
Así que empecemos por acá y luego lo vamos hilando: muchas personas se preguntan por las diferencias entre la tristeza y la depresión. Genuinamente es un tema que a muchos les preocupa, he encontrado, que por muchas razones:
- Están quienes se preocupan por identificar señales de depresión en sí mismos o en sus seres queridos.
- Están quienes, al sentir la primera, les da miedo estar sintiendo la segunda, y necesitan confirmar que no sea el caso.
- Pero también están quienes se sienten tristes, y ante la incertidumbre, una pequeña parte de sí anhelaría la ‘certeza’ y validación que solo parecen recibir quienes cuentan con una etiqueta que lo permita, un diagnóstico.
No me malentiendan, no estoy diciendo que una persona quiera deprimirse, ni mucho menos que quienes se deprimen es porque así lo quieren. Tampoco digo que todo sea fácil y validado para las personas con depresión, porque apenas desde hace un tiempo es que se ha logrado reconocer la importancia del tema. Lo que hago es señalar que el trabajo no termina aquí, que aún falta mucho camino por recorrer. Hago una denuncia sobre cómo, en nuestro afán de productividad y perfección, se nos olvida validar las emociones de los demás, y muchas veces solo nos detenemos a hacerlo cuando nos encontramos con un nombre que nos asusta lo suficiente como para prestarle la atención que merece. Les haré otra comparación para hacerme entender mejor.
¿Qué excusa es más válida para no ir a un plan con amigos y que no se resientan?
A. No tener ganas
B. Tener dolor de estómago
Sin duda alguna, la B. ¿Por qué? Porque el cuidado de la salud física está mucho más validado que el de la salud mental. No es necesario tener una úlcera para que sea válido que no quieras ir al plan, un simple dolor de estómago es suficiente, mientras que muchas veces, decir que no tienes ganas o que no estás de ánimo para ir, no vale. Esta diferencia que se encuentra entre la validación que se le da a la salud mental sobre la física, se encuentra también entre la tristeza y la depresión.
Ni la depresión, ni ningún otro trastorno, son {o no deberían ser} un lugar exclusivo al que solo pueden entrar los diagnosticados y que te da una especie de validez diferente. No tener ganas de salir con tus amigos porque te sientes triste, merece la misma validación, respeto, comprensión y empatía que quien se encuentra, por ejemplo, muy deprimido para salir. Es igual de importante respetar la salud mental al mismo nivel que la física, y no tiene sentido necesitar de un diagnóstico para empezar a dar este respeto.
La productividad y el cumplimiento han ido por encima del respeto de muchas cosas, en algunos casos ha sido la salud física, en otras la salud emocional, y en otros sencillamente la felicidad. En la lucha contra esta supremacía de la productividad, se han ganado varias batallas {ejemplo de esto, las incapacidades laborales por depresión o ansiedad}.
Sin embargo, la labor continua: el bienestar emocional es una prioridad. Punto final.
Con amor,
Chawi.
2 Comments
bursa escort
What a data of un-ambiguity and preserveness of valuable knowledge about unexpected emotions. Dinny Ben Cristobal
Agen Judi Online
Im obliged for the article post. Thanks Again. Cool. Caressa Addie Helbonna