DESMITIFICANDO LA INTELIGENCIA

Sobre las inteligencias múltiples.

Cuando pensamos en una persona inteligente, se vienen a nuestra mente más personas como Stephen Hawking que como Fernando Botero. Esto es porque nos han enseñado a relacionar la inteligencia únicamente con problemas lógico-matemáticos y lingüísticos.

Para abordar esta cuestión, sin duda hay que empezar por preguntarnos ¿qué es la inteligencia? Si dentro de la psicología hay diversas respuestas a esta pregunta, imagino que si nos remitimos a otras ciencias, muchas más respuestas encontraríamos. Hoy les voy a compartir la forma en que Howard Gardner, un reconocido psicólogo y profesor en el área de la cognición, aborda el tema de la inteligencia.

Una de las definiciones más reconocidas, y, sin duda, la que sustenta las pruebas de coeficiente intelectual, el ICFES, y todo aquello que pretende medir nuestra inteligencia, plantea que la inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Pero cuando estos cuestionarios nos limitan a la resolución de problemas lógico-matemáticos y lingüísticos, surge la pregunta ¿son suficientes la lógica matemática y el lenguaje para resolver todos los problemas a los que se enfrenta la humanidad? Y, más allá de esto, ¿son suficientes para explicar todo lo que los seres humanos hemos producido hasta ahora en áreas tan distintas?

Así, Howard y sus colaboradores plantean la teoría de las inteligencias múltiples. Lo primero que hay que saber es que, según esta teoría, todas las inteligencias hacen parte de nuestra herencia genética humana, es decir, todos nacemos con todas ellas, mínimo en su nivel más básico. Esto implica que tenemos la capacidad de desarrollar cualquier inteligencia que deseemos desarrollar, pues contamos con las habilidades neuronales necesarias para cada una de ellas.

Entonces, ¿cuáles son estas inteligencias?

INTELIGENCIA MUSICAL: es la capacidad de percibir y producir música.

INTELIGENCIA CINÉTICO-CORPORAL: habilidades corporales y motrices, es decir, lograr que nuestro cuerpo haga lo que queremos que haga. Los cirujanos, deportistas y bailarines son grandes ejemplos de una persona que tiene esta inteligencia altamente desarrollada.

INTELIGENCIA LÓGICO-MATEMÁTICA: capacidad para el razonamiento lógico y la resolución de problemas matemáticos. Su indicador es la rapidez para resolver este tipo de problemas de forma acertada.

INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA: habilidad para la comunicación en todas sus formas (oral, escrita, gestual, ente otras).

INTELIGENCIA ESPACIAL: capacidad de observar el mundo y los objetos desde diferentes perspectivas. Esto implica idear imágenes mentales, tener un buen sentido de navegación, detectar detalles, poseer un sentido personal por la estética, hacer uso inteligente del espacio, entre otras cosas. Los diseñadores de interiores, jugadores de ajedrez y artistas visuales son grandes ejemplos de esto.

INTELIGENCIA INTERPERSONAL: básicamente la capacidad de empatizar, pero también incluye la capacidad de interpretar palabras y gestos, así como los objetivos y metas de cada discurso. En otras palabras, ser capaz de leer a las personas acertadamente y poder responder de acuerdo a sus sentimientos y necesidades.

INTELIGENCIA INTRAPERSONAL: habilidad de acceder a los sentimientos y emociones propios y reflexionar sobre estos, así como actuar acorde a ellos. Una persona con esta inteligencia desarrollada a un alto nivel, posee gran capacidad de introspección, así como de escuchar, valorar y respetar lo que siente.

INTELIGENCIA NATURALISTA: aprovechar al máximo lo que nos brinda la naturaleza, así como ser capaces de detectar aspectos del entorno que pueden ser benéficos para nosotros. Esto lo conocemos comúnmente como recursividad.

De esto yo saco dos reflexiones. Si sabemos qué nos apasiona y qué necesitamos para sobresalir en ello, podemos trabajar por desarrollarlo, sin importar si nacimos con el “don” para ello o no. Y, por otra parte, es momento de dejar de sentirse menos inteligentes si no se sobresale en lo que socialmente se acepta como inteligencia, porque, como podemos ver, hay muchas otras áreas igual de importantes. Si todos sobresaliéramos únicamente en estos dos aspectos, un sinnúmero de áreas de la vida humana quedarían completamente descuidadas; se necesita que todos nos complementemos.

Si quieren leer más sobre el tema les recomiendo:

Gardner, H. (1983). Frames of Mind. New York: Basic Books.

Gardner, H. y Walters, J. (1993). Una versión madurada. En Inteligencias múltiples: la teoría en la práctica (Paidós, pp. 31–50). Barcelona.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *